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sábado, 14 de enero de 2017

Cueva del Gato noviembre 2016.



No sé cómo pero aquí estoy de nuevo. Vuelta a la serranía de Ronda. Esta vez ha tocado Montejaque.

Entre las ganas que yo tengo de Ronda y mi compañera de fatigas, la alemana, que se ha vuelto más friki que yo con esto del trail….. el caso que inscritas para la Cueva del Gato y a disfrutar.


Como me conozco el recorrido, ya le comento el tapón del principio. Así que nos ponemos por delante y nos hartamos de correr para no quedarnos muy atrás. Je je . Mis momentos ansiosos van a ser conocidos por toda la serranía.
Una vez que pasamos el tapón y coronamos la primera interminable cuesta, nos encontramos con el Tragabuche. Es un máquina. Ha vuelto más fuerte que nunca. Estuvo andando con nosotras un ratito y tiró para adelante.  
Nosotras seguíamos peleando con el barro pegajoso tras las últimas lluvias, las piedras, y seguíamos incansables.




Como siempre mis cordobeses de mi alma de A Toda Pastilla fueron nuestros ángeles de la guarda dándo ánimos, obligándonos a comer, a bailar en los avituallamientos y nos esperaban por todos sitios jaleando nuestro paso.













Y llegamos y terminamos. Es una crónica cortita porque mi artrosis dice aquí estoy a partir del kilómetro 30. Así que la parte final fue un poco “intensa”.












Me quedo con las caras de mi compañera al descubrir el fantástico paisaje que nos rodeaba. No sabrías con qué quedarte: si las primeras subidas, los llanos, la bajada a la Cueva del Gato, la última subida…. viendo Ronda al fondo…. salir a patear por la serranía es un regalo para los sentidos.


Ahora a cuidarse y no quemarse en la próxima que ya veremos cuándo es.