Iba a correr una media y estaba de los nervios. Sí, otra vez de los nervios, y sí es una media pero la de la Puebla prometía porque ya había visto el perfil y había subido al gurugú en bici, y prometía diversión y de la buena.
Así que para la Puebla y foto de rigor con la mejor escolta, los Pretorianos de Tomares, que por cierto, risas echamos durante la foto porque pillamos a varios corredores aligerando carga líquida en los momentos previos a la carrera. Es lo que tiene posar para la foto y poner de acuerdo a tanta gente.
y para la salida que había que correr y bastante. Ya desde la salida el ambiente... espectacular.
Ese Emilio corriendo sujeto a la barra que para mí que de verdad ve y tó lo que dice de ser invidente es por decirlo.
Ese Havié Rosales, con su increible Pastora, que Dios los cría y .... ya se sabe el final,
todo sonrisas y buen rollo, lo normal cuando uno corre estas pruebas.
Los Pretorianos güenos que ya van tirando p'alante, apretando, los normales reservando, y yo con el batallón de cola que me gusta mucho socializar con los voluntarios en bici.
El recorrido una pasada. Perico, el fotógrafo oficial de los Pretorianos, tuvo que disfrutar tela porque era todo precioso y digno de ser fotografiado. Eso sí, a la hora de hacer la selección tuvo que ser difícil. La galería completa de fotos, como siempre en su blog, Ginesbor, que lo de aquí es una selección tela de "ajustaíta".
enfilamos la vuelta para la Puebla. Allí alcanzamos a César Vidal, un Pretoriano que iba echando de menos a su perro Draco más de la cuenta, porque no le acompañaba como en sus entrenos matutinos y la energía de Draco faltaba. Pero nos unimos a él y luego otros Pretorianos nos esperaron para llevarnos hasta la meta.
Y la llegada a meta... otra vez de subidón!!!! Contenta porque había hecho una media dura, tela de dura. Feliz porque llegaba a meta después de más de un mes de parón por la lesión del tobillo. Encantada porque los Pretorianos me habían llevado hasta la meta. Y encima el crono que lo clavamos porque era mejor de lo que habíamos previsto. Y cuando me estaba acercando al arco de meta.... los Pretorianos animando, gritando, tocando las palmas, porque llegábamos de los últimos y nos estaban esperando como si fuésemos los primeros.
Al final paellita de convivencia para disfrutar del premio entregado a Emilio y de la mañana tan estupenda que habíamos echado por La Puebla.
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