CRÓNICAS DE UNA HISTORIA:
EL CLUB DE ULTRAFONDO PRETORIANOS DE TOMARES
I ¿Cuando nace
nuestro Club?
Hace unos meses ingresé en el Club de Ultrafondo Pretorianos de Tomares. Me preguntaba cuándo
nació nuestro club y acudí a unos de sus miembros más veteranos, Máximo Severo,
el más severo de todos los máximos, el cual me respondió con la pregunta ¿cuándo
o por qué nace?, diciendo que ésta es la mejor forma de contestar a una
pregunta: haciendo otra. Así cabe la posibilidad de la que la otra persona no
te responda y no tengas que contestar. Esto puede ser útil cuando se trata de
una pregunta molesta, pero éste no es el caso, pues es bueno recordar lo
vivido, ver las cosas con la perspectiva del tiempo transcurrido y reflexionar
sobre si aquella decisión fue la correcta o no, al menos desde su punto de
vista. Y así me dispongo a escribir lo relatado, la historia de cómo nace
nuestro club, cuáles fueron sus orígenes, y como tal vez se convirtió
probablemente en un referente para muchos de lo que realmente significa el
ultrafondo. Y será su historia. Un último detalle, lo que los Pretorianos han
vivido, lo que han compartido, es la esencia del Ultrafondo: el esfuerzo
compartido, la victoria conjunta, deja mejor sabor de boca que el triunfo
individual; otros no lo ven así, pero esos no hacen ultrafondo, esos hacen maratones
largos.
II La que podría haber sido la primera Crónica.
Si por uno de esos avatares del destino nos gustara la
tradición, la historia, la mitología romana, o todas esas cosas, hubiéramos
recurrido a las sibilas para saber lo que nos deparaba el destino. Si por un
casual nos gustaran las pruebas de ultrafondo y hubiéramos nacido para esta
locura en tierra santa y en los 101, nos habría gustado que la sibila, rodeada
por esas columnas que parecen miliarios en las ruinas de Delfos, nos hubiera
dicho que veía en el futuro un Club de Ultrafondo, formado por amigos, que
nacería alumbrado por la luz de los 101, y que su origen estaría en un pacto
entre dos, con el sagrado juramento de no abandonar a un compañero en el campo
de batalla hasta perecer todos. Pero claro, todo esto probablemente no llegaría
a cumplirse, todo hubiera sonado tan perfecto que difícilmente hubiéramos
llegado a creernos lo que la profetisa viera en el oráculo; pero como somos
soñadores, nos hubiéramos dejado llevar por sus palabras y en nuestra mente
imaginaríamos como ocurrirían esos hechos.
Imaginaríamos, o mejor soñaríamos, que dos participantes
en un lejano 2002 se conocerían la noche antes de los 101, que entre charlas
empezarían a conocerse y a coger confianza, incluso por adobarlo todo de
detalles insignificantes, que darían más credibilidad a nuestro sueño, nos
imaginaríamos a uno de ellos dando buena cuenta de los macarrones que el otro,
probablemente nervioso, era incapaz de comerse. Los imaginaríamos acompañados
de un tal Rafa el Galeno y de otro tal Javi que había participado el año
anterior, pero se vio obligado a abandonar. Y soñaríamos que estos dos nuevos
amigos, coinciden a partir del kilómetro 60, que uno de ellos llama a la madre
para decirle lo mal que se encuentra; y que intentaría llegar a Montejaque para
que lo viera el médico. En nuestro sueño, los veríamos recorrer juntos desde el
kilómetro 67 al 77, y recorrerlo en 4 horas, para darle un toque de dureza y
dificultad. Y como no, nos los imaginaríamos entrando en el Cuartel de La
Legión, haciendo un sagrado juramento de no abandonar, de acompañarse el uno al
otro, sin importarles si uno se encontraba mejor y hubiera podido irse para
adelante. Llevados por nuestro sueño y nuestro romanticismo, los imaginaríamos
sellando un pacto entre hermanos, un juramento que se mantendría hasta nuestros
días. Nos hubiéramos imaginado a otros participantes, coincidir sin conocerse
subiendo la cuesta del cachondeo, donde uno le habría prestado uno de sus dos
bastones a otro participante para que subiera mejor las últimas rampas de esa
interminable subida, y de cómo en ese tramo se conocerían personalmente amigos
que solo lo eran de foros de carreras y del foro de los 101.
Soñar es gratis, así que saldríamos de nuestra visita a
la sibila encantados por sus palabras, imaginando que nada podría salir mejor y
deseando en lo más profundo de nuestro corazón que todo lo que había predicho
se hiciera realidad. En fin… sueños. Aunque recuerda: “La diferencia entre las
ilusiones y los sueños, es que las ilusiones acaban por desvanecerse y los
sueños acaban convirtiéndose en realidad”
III Una de romanos.
Veintiuno de abril, estamos en nuestro mes Aprilis, mes
en que la naturaleza comienza de nuevo abrirse; corría el año 2.759 ab urbe condita. No podía existir una
prueba que se llamara las LXVII Millas Romanas sin que a ella acudieran
"Los Pretorianos de Tomares", así que, por primera vez, hacia la
ciudad de los soldados licenciados de Octavio Augusto encaminaron sus pasos. La
ciudad fundada por el legado Publio Carisio les abría sus puertas para que, a
lo largo de 100 kms, hicieran lo que mejor saben hacer: "Jugar a los
romanos".
Después de las fotos de rigor, "Los Pretorianos de
Tomares", se preparan para recorrer esa distancia jugando a correr; allí
se reúne un nutrido grupo de amigos, que sin pertenecer a un mismo club, sienten
una especial afinidad por una serie de valores como son la amistad, el
compañerismo y disfrutar compartiendo la dureza que siempre conlleva una prueba
de ultrafondo. Estamos en Mérida, Agripa nos recibe y nos saluda desde su
estatua ecuestre, desde la altura mira a los que participarán por primera vez
en una prueba de ultrafondo como preparatoria para hacer sus "101 kms.
contra el cáncer". Por otro lado acuden dignos participantes y merecedores
de permanecer, no solo en el recuerdo de este humilde bardo, sino de ser
mencionados en lugar destacado de estas crónicas antecesoras de la fundación
del club. ¡Puedo ir más rápido... pero no! ¡Corremos para disfrutar! Son
algunos de los muchos gritos que esa noche acompañaron a este grupo de locos,
por sus andanzas por la inmortal Colonia Iulia Augusta Emerita.
Los primeros miliarios romanos, la piedra que marca los
mil pasos, pasa a ocupar un lugar destacado en el álbum de recuerdos
Pretorianos, igual que los Pretorianos empiezan a ocupar un lugar destacado en
el que será el álbum de recuerdos de la prueba, hasta el punto de que en el
futuro no se concebirá una edición de esta prueba sin "Los Pretorianos de
Tomares".
IV ¿Dónde se ha visto a un grupo de romanos sin un estandarte?.
Después de la participación de "Los
Pretorianos de Tomares" en el Homenaje a La Legión del 2006, el
siguiente reto que se planteaba era participar en "Los Castillos de
Ávila", y como no se concibe un grupo de romanos, una legión o como sea
que se llamara, ya que a estas alturas de la historia aún no se sabía muy
bien que el nombre correcto era una Cohorte, se dio forma al primer
estandarte pretoriano. Desde que se supo la fecha en que se celebraría la
tercera edición, el número de Pretorianos que dio un paso al frente no dejó
de aumentar. "Sabemos que todavía somos minoría los que corremos en
sentido contrario a meta para animar a los que van más despacio porque
nuestra marca siempre será secundaria…pero hacerlo además con nuestros
uniformes romanos nos hace divertirnos y quitarle tensión a carreras de
semejante envergadura" (Cayo dixit).
Mientras la diosa Fortuna acompaña a los participantes con un fin de semana
de sol después de varios días de lluvia por toda Hispania, los Pretorianos
continúan su avance... lento, suave, sin miedo. En el castillo de
Manqueospese en el kilómetro 27.50, en pleno fragor de la batalla, hubo un
momento que se temió por el estandarte. Fue ahí donde un bravo centurión se
volvió para salvarlo, ya que como le sucediera al divino Julio, jamás un
estandarte sería arrebatado a los Pretorianos en el campo de batalla, y si
alguna vez eso sucedió, solo lo fue por medio de la traición y la intriga, al
igual que le sucediera a César gracias a las tretas de Cneo Pompeyo Craso. El
Centurión sabía que en el kilómetro 42, en el río Adaja, tal vez cerca de la
desaparecida Akontia, le estarían esperando para ayudarle a cruzar el
kilómetro 50. Pero lo mejor estaba por llegar. Cuando el control de carrera
estaba cerrado, sin avituallamientos y sin apoyo logístico… cuatro de los nuestros
deciden alcanzar la línea de meta motivados por la ilusión de cruzar ese
puente romano…y allí están los otros 16 Pretorianos y acompañantes escoltando
su entrada en meta entre vítores y gritos de victoria.
V ¡Ay, aquel ya
lejano 2007!
El año 2007 aún no está tan lejano en el tiempo, y sin
embargo cuántas cosas han ocurrido desde entonces. Ese fue el año en que se
estrenó la coraza. Es curioso, pero el nacimiento de la coraza tuvo también un
toque singular. Según la memoria histórica pretoriana, cuentan, aunque igual se
trata de una leyenda, que alguien llamó un día a Cayo Crastino y le comentó que
había estado dándole vueltas a la cabeza y que había estado pensando sobre la
posibilidad de sustituir la coraza de plástico que se llevaba en algunas
ocasiones por una camiseta en la que apareciera serigrafiada una coraza. Cayo
le comentó que él también había estado pensando en ese tema. Dicho y hecho, el
sábado 11 de mayo, 17 pretorianos salimos a la arena del Coliseum de Arunda
estrenando “corazas”, con la intención de aplicar el “credo pretoriano” y poder
disfrutar de una carrera que nos ha unido en sentimiento y alma.
Creo que en la crónica hay un error y éramos catorce;
tres formaban el equipo de apoyo, pero lo mismo da, todos cuentan. De los catorce,
solo abandonaron dos. Y recibimos el siguiente comentario de un afamado galeno
de la comarca: “Vuestra filosofía de lo que debe ser el deporte es el ejemplo
para los jóvenes y los que no lo son tanto, para entender que el afán de
superación no sólo consiste en "cititus,
altius, fortius", sino que está en el interior, en la satisfacción de
ayudar a los demás en los malos momentos, de saber que puedes contar con el
aliento y el apoyo de otros que también saben lo que es sufrir.
Pero, si encima son personas que no están en la
competición como tal, sino que dejan pasar una buena ocasión para estar
relajados y tranquilos en casa, se dedican a estar pendientes de los demás en
todo lo que les hace falta (llevando material, alimentos, incluso simplemente
para preguntar como os encontráis y animaros), toda esta "filosofía de
vida" se eleva a la máxima potencia y nos enseña que el deporte y la vida
(que es una gran competición) puede ser maravillosa si se conoce lo que
significa COMPAÑERISMO.
Esa edición de los 101 fue impresionante. Cayo, en su
crónica de aquel 101 dijo: "No aparecerá, en esta ocasión, nombre alguno
porque serían tantos como anécdotas se vivieron, pero si quedará escrito que al
cruzar la línea de meta alguien sintió una mano en el hombro y al darse la
vuelta, un corredor le dijo: No me conoces pero quiero decirte que Los
Pretorianos de Tomares empiezan a ser una leyenda”
Para algunos, esa experiencia resultó magnifica, y si
bien habíamos participado con la coraza, pensamos que debíamos pertenecer al
club al que pertenecían aquellos que se hacían llamar “Pretorianos de Tomares”.
Es de bien nacidos ser agradecidos, y pensamos que era la forma correcta de
hacer las cosas y de corresponder al recibimiento que habíamos tenido, de
corresponder a que hubieran contado con nosotros para compartir su filosofía y
por confiar en nosotros y pensar que creíamos en lo que ya empezaba a llamarse
el Credo Pretoriano.
Esto desembocó en una reunión en la que nos dimos cuenta
de que no a todo el mundo le gustaba eso de que miembros de su club corrieran
con un casco de plástico, de que portaran una espada de plástico, de que
lucieran un estandarte con un escorpión, sino que llegaba a molestarles. La
conclusión es que eso que nos parecía genial, no a todo el mundo agradaba
porque ya se sabe…
VI Bellum Hispaliensis. Una enorme decepción:
Nadie ha dicho que ser Pretoriano fuera fácil.
Cuando volvimos de la madre de todas las batallas,
algunos nos planteamos el pertenecer al club donde estaban integrados, o tal
vez habría que decir no integrados, “los Pretorianos de Tomares”, así que se
organizó una reunión del club, donde se debatirían varios puntos, entre ellos
poner el club al día -ya que si no recuerdo mal el tema de la junta, reuniones,
etc. no estaba muy al día-, la admisión de nuevos socios y decidir el tema de
las equipaciones, pues se iban a comprar equipaciones nuevas.
A lo largo de la reunión se fueron tratando diferentes
temas, como quiénes formaban la junta directiva, pasos a seguir para ser socio
del club, cuotas a pagar, etc, etc. Hasta ahí, todo fue más o menos bien, pero…
Siempre hay un pero, llegamos al tema de “los Pretorianos de Tomares”, esos
descerebrados que corren con un casco y una espada de plástico. Por Dios,
¿Dónde se ha visto a nadie en una carrera con una coraza, un casco o una espada
de plástico? A las carreras se va a correr. Se entró en una especie de diálogo
de besugos. Evidentemente dejar que las espadas dieran paso a las togas no
estaba teniendo muy buenos resultados. No sé si la reunión siguió mucho rato o
no, pero lo que está claro es que de allí no se sacó nada positivo. Tanto es
así que a partir de ahí creo que tomamos la decisión más acertada: constituir
nuestro club, para poder correr vestidos de romano o de lagarterana si nos
apetecía, o en pelotas si era una carrera nudista, aunque aquí lo suyo sería no
llevar ni coraza ni nada, claro. Allí nos dimos cuenta, quizás por primera vez,
de que nadie había dicho que ser Pretoriano fuera fácil.
VII Bellum Hispaliensis II - El desenlace o como caer solo nos obliga a levantarnos. Después de aquella reunión, pocas cosas se podían hacer más que admitir que estaba muy feo correr con un casco de romano. Así que pensamos irnos a Sevilla, donde se hacían los actos públicos en los que se quemaban a los herejes, allí mortificarnos, quemar todas las espadas, los cascos, las corazas de plástico, los estandartes, y de paso darnos unos cuantos latigazos, que eso de mortificar el cuerpo siempre ayuda para conseguir el perdón de los pecados.
A punto estábamos de comprar la leña, de hacernos unos
capirotes negros y de hacer unas figuritas de cera para quemarlas públicamente
en representación de aquellos que no se hubieran arrepentido, no hubieran visto
la luz y aún no caminaran por el camino correcto. A punto estábamos cuando...
Cuenta la historia que a poco de comenzar el año 2760 ab urbe condita; el honor, la palabra
dada, y el cumplir una promesa, habían dejado de ser moneda de pago común entre
los amigos. Cuentan que la amistad había de dejado de ser algo común y que
empezaba a ser algo difícil de encontrar. Cuentan que la falta de sinceridad, cuentan
que el valorar a las personas o el opinar de ellas sin conocerlas era común de
todos los pueblos, no obstante.... Cuentan que cerca de Hispalis, bañada por el
río Betis y próxima a la ciudad de Itálica, se empezaba a oír la voz del más
famoso ejercito jamás conocido, aquel que tenía el honor, el esfuerzo y la
amistad como moneda de pago común entre ellos.
Yo que también he cultivado la frágil rosa blanca de la
amistad, lo recuerdo. Recuerdo como empezó todo aquello. Fueron años difíciles,
el maligno había conseguido difundir su palabra y había calado en el corazón de
algunos, en el corazón de los que se encontraban confundidos; no obstante, este
ejercito valeroso entre los valerosos, fiel a su palabra, continuó acudiendo a
donde era reclamado para luchar contra cualquier adversidad que se pusiera en
su camino, pero sobre todo para demostrar que la envidia no habitaba en sus
corazones, que el Honor era lo más importante para ellos y que harían ondear
sus estandartes Pretorianos en cualquier lugar al que acudieran. Por ello,
cuentan que cuando más todos lo necesitábamos, mi querido Cayo Crastino, el
preferido de César, gritó "a mí La Legión", y como un solo hombre
acudimos todos. No éramos muchos, no éramos los mejores, éramos… sencillamente
diferentes. Hace ya mucho tiempo de aquello, pero aún permanece en mi memoria
como algo que me acompañará siempre.
VIII Y llegó el mes en honor del divino Julio.
Así que nos pusimos manos a la obra. Se nombró una Junta
Directiva Provisional. Se empezó a trabajar en la confección de los estatutos y,
una vez elaborado el borrador, la Junta Provisional se reunió en Mormolium para
darles lectura y realizar las modificaciones oportunas. Se debatió sobre el
nombre del club y se decidió que, como en los nombres de los clubes se suele
incluir la palabra atletismo, el nuestro llevaría en el nombre la palabra
Ultrafondo. Evidentemente se llamaría Pretorianos. Y se decidió que el club se
siguiera llamando de Tomares, como muestra de respeto al lugar donde había
nacido y al apoyo que su Ayuntamiento había dado con el club. Así nació el CLUB
DE ULTRAFONDO PRETORIANOS DE TOMARES.
Una vez realizadas las modificaciones, quedaba una cosa
importante, poner fecha a este alumbramiento. Para no dejar nada al azar, se
pensó que hubiera estado bien hacer coincidir el nacimiento del club con los
101 de ese año, pero dado que había transcurrido mucho tiempo entre una cosa y
otra, se desestimó la idea para evitar problemas cuando se presentará la
documentación en la Calle Trajano, cerca de las columnas de Hércules Fundator,
que estaréis de acuerdo en que no es mal sitio para presentar la documentación
de un club con nuestro nombre.
Ya que corría el mes en honor del divino Julio, se
barajó la posibilidad de fecharlo el día 7, pero habríamos tenido que cambiar
el casco por una txapela, y el gran Cayo, el preferido de César, habría pasado
a ser Lehendakari en lugar de Presidente, así que desestimamos la idea. Ese día
también coincidía con la muerte de Rómulo, y aunque ese día se permitían todo
tipo de licencias, buscamos otra fecha. El 8 de julio, día de los juegos de
Nemea, en honor de Heracles, en recuerdo de su victoria sobre el león de Nemea.
O el 9 de julio, en honor de Pytheas, de los primeros en cruzar el estrecho de
Gibraltar y del que se tiene el primer testimonio escrito en el que se llama a
la península ibérica "Hispania". O el 12 de julio: Día de Cronos. En
esta fecha se celebra la antigua Edad de Oro regida por Cronos, y se exalta la
primitiva igualdad entre las clases y entre los sexos en una gran fiesta que
recuerda a las Saturnales. Eso de que sea el día de Cronos, suena bien, y lo de
la igualdad entre clases y sexos, ya me dirán ustedes. De aquí ya pasamos a los
Idus de Iulius, que tan malos recuerdos traerían al que dio nombre al mes, allá
por el mes de marzo. La coincidencia de este día con la festividad de Santa
Justa y Rufina patronas de Sevilla, alfareras de Triana; y nuestro cariño por
los ladrillos de la noble Arunda, “Fidelis et Fortis”, hizo que ya tuviéramos
fecha de Constitución. Con esa fecha doce de julio de dos mil siete se
rubricaron el Acta Fundacional, los Estatutos y el Acta de Aprobación.
IX Tempus fugit: Crónica de nuestro primer año Pretoriano.
Poco a poco se nos va marchando el año (él también va
dando poco a poco un paso detrás de otro hasta alcanzar su meta, dejarnos al
menos algo más viejos). El tiempo vuela, y parece que fue ayer cuando Cayo
comenzó su crónica de las LXVII millas romanas de Mérida, diciendo aquello de… “Los
Pretorianos de Tomares no son ningún Club ni pretenden serlo, son un grupo de
amigos que sencillamente disfrutan corriendo con una actitud que intenta
fomentar el espíritu de equipo, que se divierten y que encuentran en las
carreras de ultrafondo el escenario ideal para fomentar los valores de
solidaridad y compañerismo…por ello si de algo pueden presumir es de haberse
ganado el respeto y cariño del colectivo atlético que participa en carreras de
ultrafondo…llevar un casco de romano es una simple anécdota que sólo suele
llevar una minoría de ellos porque encuentran de ese modo una motivación
especial que les hace sentirse mejor, pero lo más importante es la ACTITUD que
intentan difundir…por eso deseaba expresar el ORGULLO DE SENTIRSE PRETORIANO DE
TOMARES…”
No obstante, un año da para mucho y, en este que ahora
se cierra, hemos dado el gran paso de constituirnos como Club, hemos demostrado
a muchos que nuestra intención no es ser (ni parecer) los mejores, sino ser
diferentes; y multitud de proyectos, algunos ya realizados y otros bajo nuestra
coraza, aguardan a que podamos sacarlos adelante.
Los 101 Kms en 24 horas de Ronda – La Legión contra la
droga. Los 100 Kms en 24 de Corricolari. La Subida al Veleta, la larga, la
corta, la de apoyo. El Maratón Alpino de la Almudayna... y es que se podrá correr
más rápido pero no se puede tener más arte. El dorsal solidario en ¡¡ A mi, La
Sufrida !!. Los voluntarios. La Coraza, la camiseta de entrenamiento, el Credo
Pretoriano, el blog, el foro, los proyectos solidarios: El Sahara Maratón.
La amistad, el compañerismo, la solidaridad, la vida,
esa carrera que tenemos que ir ganando día a día y para la que hay que saber
elegir muy bien los compañeros de viaje, para poder seguir luchando … lento,
suave, sin miedo.
X Y los Pretorianos viajaron sin Máximo a la tierra natal de Máximo
Allá por febrero 2008, los Pretorianos de Tomares, participan
en el Sahara Maratón. En aquella época después de consultar a la sibila como ya
he dicho anteriormente, decidí tomarme un tiempo libre, en el que algunos
pensaron que había ido a visitar a Hades con la intención de que que me enseñase
a remar en su barca para cruzar la laguna Estigia. Nuestro estandarte recorrió
victorioso las tierras de Numidia, los Pretorianos se acostumbraron a hacer de
pie lo que antes hacían sentados, aprendieron a reconocer los diferentes
vientos del desierto, y conocieron el rito del té: “El primero amargo como la
vida, el segundo dulce como el amor y el tercero suave como la muerte.”
Mientras que César consigue que Vergincetórix, rey de
los galos, se rinda, la metrópoli romana pasa por momentos muy delicados en lo
que a política se refiere. El Senado presiona a Cneo Pompeyo Magno, procónsul
junto a César y yerno de éste, para que retire el poder al conquistador, por
miedo al terrible poder social y bélico que está concentrando. La historia
comienza a perfilarse como una lucha por el mando del futuro Imperio Romano.
Mientras tanto, Atia, sobrina de César, es la reina de la alta sociedad romana
y juega a permanecer en ambos bandos. Para ello, cuando su prima Julia muere,
obliga a su hija a divorciarse de su esposo Gabbius para ofrecérsela como nueva
esposa a Pompeyo. Por otro lado, envía a su hijo Octavio a Las Galias con un
caballo como regalo para su tío, el conquistador. En la nueva provincia,
alguien ha robado el águila de oro que sirve de estandarte a Julio César; un
mal augurio que hace que pone a sus tropas al borde del motín. Los encargados
de buscarlo serán Lucio Voreno y Tito Pullo, dos héroes de la XIII Legión,
quienes además de recuperar el estandarte, salvan la vida a Octavio, que había
sido capturado por los mismos bárbaros que robaron el águila. La división entre
César y Pompeyo está servida cuando el primero descubre que el otro cónsul está
detrás del robo del estandarte, y éste repudia a Octavia, contrayendo
matrimonio con otra patricia. Pompeyo, no llegó a recibir el estandarte robado,
en su lugar recibió la cabeza de los ladrones. Nuestro estandarte seguía aún en
manos de quien no debió tenerlo nunca. Ante esta situación, se decidió comprar
un nuevo Estandarte, aunque no pensábamos que tuviéramos tiempo suficiente para
que estuviera aquí en las LXVII Millas Romanas de Mérida. Nos pusimos manos a
la obra, y este es el relato cronológico de su llegada. El nuevo estandarte se
compró el dia 24 de marzo en Peabody (Massachusets). Salió de Lynnfield
(Massachusetts) el dia 24 a las 8 y 22 de la noche. (no confundir con Lynfield
que está en Nueva Zelanda). A las 9 y cuarto de la noche llegó a Manchester,
New Hampshire de donde salió a las 10, 43 de la noche. A las 11 y 53 de la
noche del día 24 llego a Philadelphia, de donde salió a las 10 y 32 de la
mañana del día 25. A las 10 y 26 minutos de la noche del martes 25 de marzo, el
estandarte pretoriano fue recepcionado en la ciudad de Colonia (Alemania). A
las 3 y 58 minutos fue escaneado en Colonia para su salida. A las 5 y 7 minutos
fueron procesados los datos del paquete en la aduana de Madrid. Notificación
desde Colonia a las 5 y 17 minutos: avión Retrasado. A las 6 y dos minutos del
día 27 fue escaneado a su llegada a Madrid. Y a las 7 y 19 fue procesado por el
departamento de Importación.
A las 6 45 de la mañana del día 27 de marzo aparece que está en TRÁNSITO en SEVILLA. A las 11, 05 ha sido entregado en Bormujos. ¡¡¡ YA TENEMOS ESTANDARTE !!! Con los ojos empañados por la emoción, solo comparable a la que sentí cuando recibí el primer estandarte, he procedido a abrirlo, ¿será el pretoriano? ¿se habrá equivocado y me habrán enviado el de alguna Legión? Con todo el cariño lo he abierto y ahí está: inmaculado, recién hecho, magnifico, el escorpión con su mirada insolente dispuesto a demostrar que está por encima de las injusticias humanas. En TRES DIAS hemos conseguido un nuevo estandarte. El dulce néctar de la Venganza estaba preparado para servirse bien frío.
XII Un trozo de tela.
La tarde discurría en Peabody, en el Condado de Essex,
Massachussets, como cualquier otra tarde y nada parecía presagiar que pronto
cambiaría el monótono transcurrir de las horas. Aquel humilde trozo de tela,
aún no sabía lo que le esperaba. Colocado en su rincón, se sentía un poco solo.
El resto de las telas, todas ellas de color rojo, no acostumbraban a hablarle,
porque él era distinto, él era azul. Llevaba algún tiempo en aquel taller, y no
entendía por qué él era el único diferente, siempre veía que una persona
acostumbraba a acercarse a donde ellos estaban perfectamente colocados junto a
tablillas, flecos, puntillas, algunas herramientas y unas extrañas planchas con
unos símbolos aún más extraños y cogía algún rollo de tela roja, se la llevaba
a otra parte de aquella casa y desaparecía. Todos aquellos trozos de tela roja
nunca habían vuelto a aparecer por el taller. Veía como poco a poco los rollos
de tela rojos iban siendo cada vez más pequeños, llegando incluso a
desaparecer, para luego aparecer otros rollos nuevos, eso si, siempre rojos,
que eran colocados con mucho cuidado junto a los demás.
Nuestro trozo de tela, pasaba la tarde pensando que hoy
no sucedería nada especial, pero hoy se equivocaba, hoy sería un día diferente,
hoy sería su gran día. Un poco aburrido vio acercarse de nuevo al dueño del
taller, y cuando ya pensaba que cogería como siempre alguno de los rollos
rojos, vio como lo cogía a él. Una invisible sonrisa se le dibujó en la cara,
aunque al momento sintió una extraña sensación. La angustia de lo desconocido
empezaba a apoderarse de él. Hasta ese momento no se había dado cuenta de que
fuera lo que fuera lo que le pasaba a esas telas que desaparecían, hoy le iba a
tocar a él. Al momento vio como el dueño del taller lo medía con esmero. Y como
cogía una cuchilla enorme, imaginó lo peor, pensó que su vida acabaría en aquel
instante, cerró los ojos y sintió como la cuchilla lo separaba del rollo de
tela. Con sorpresa se dio cuenta de que no había sufrido ningún dolor y notó
que el resto de tela azul que aun quedaba en el rollo parecía despedirse de él
para siempre. ¡No ha sido tan malo como yo pensaba!, dijo para sí, pero al
momento vio como una de aquellas enormes planchas con unas palabras extrañas y
un signo aún más extraño se acercaba hacía él. Así estuvo un buen rato, sin
llegar a comprender que estaba sucediendo.
Después de unos ligeros golpes notó como unos palitos
eran colocados en sus extremos. Cuando aquello parecía haber terminado, el
artesano lo miró satisfecho y sintió como lo enrollaba y lo introducía en un
tubo de plástico, como lo cerraba y precintaba. Tuvo miedo. Allí dentro
permaneció durante bastante tiempo, advirtió como el tubo cambiaba de mano y
era introducido dentro de algún artefacto y como se iba alejando del taller.
Sin saberlo llegó a Manchester y de allí a Philadelphia. Allí sintió como salía
de aquel artefacto y era introducido en otro aún mayor. De pronto, le sobrevino
una sensación extraña como si se estuviera alejando del suelo, pero no fue capaz
de explicarla; y de nuevo otra parada y unas voces en un idioma desconocido:
“Guten nagen”, “Achtung, Schnell”, “Verlandung”. Él no lo sabía pero había
llegado a Colonia. De nuevo silencio, de nuevo esa sensación como si volara, y
de nuevo otra parada y otro idioma desconocido. Había llegado a Madrid. De
inmediato, otro viaje, esta vez más corto. Nuestro trozo de tela no lo sabía
pero había llegado a Sevilla. Cuando ya pensaba que este ir y venir nunca iba a
terminar, una nueva parada, una corta charla y sintió como el cilindro donde él
se encontraba aprisionado cambiaba de mano. Notó como alguien con mucho cuidado
rompía el precinto y quitaba la tapa. Después de dos días y medio encerrado le
costó un poco acostumbrarse a la luz, se dio cuenta de que estaba en un lugar
diferente, de que estaba en una tierra donde el cielo era más azul y la luz
tenía más alegría. Cuando sus ojos se acostumbraron de nuevo a la luz, vio como
la misma persona que lo había sacado del tubo lo miraba satisfecho, vio como
sonreía y el trozo de tela tuvo una sensación extraña.
Al momento se dio cuenta que la persona que lo miraba hablaba un nuevo idioma, pero también comprobó que era capaz de comprender lo que decía. Oyó una conversación, su libertador hablaba con alguien que debía encontrarse muy lejos, pues no era capaz de oír a la otra persona con la que hablaba.
Luego la conversación terminó, y noto como su
libertador, volvía a guardarlo en el tubo, pero ahora no sintió miedo. Por
primera vez, se dijo que él estaba allí para quedarse, y orgulloso se dio
cuenta de que ya no era un simple trozo de tela azul, él ahora era… el
estandarte Pretoriano.
XIII Capitulo Final: La Historia reciente.
Grandes gestas han sucedido desde entonces, y nuestro
club se ha ido afianzando cada vez más con el paso de los años. Los lazos entre
nosotros se han ido haciendo cada vez más importantes, hemos ido aprendiendo de
nuestros errores y hemos intentado mejorar. Nunca hemos pretendido ser un club
grande, mejor ser un gran club; no queremos ser muchos socios y que eso nos
haga perder el horizonte, que eso nos convierta en lugar de en un grupo de
amigos, en unos desconocidos. Hemos aprendido que hay quien puede acercarse al
club confundido por las luces que destacan a lo lejos. Quien así lo hiciera se
equivocaría, quien se acerque para aparecer en la foto junto al resto de
compañeros del club, junto al estandarte, o con nuestra coraza se equivoca. A
nadie se invita al club; para entrar hay que pedirlo dos veces y, aún así,
deberá demostrar estar en sintonía con él. De qué sirve portar la coraza, si no
se siente o no se sabe lo que significa. A nadie se le regala la coraza, la
coraza hay que ganársela, y lo que es más importante, hay que saber conservarla
y seguir ganándosela cada día. Grandes gestas han sucedido: los 100 kms del
Sahara, Jarapalos, donde nació la ya famosa frase: "Si equipum facis, numquam solus eris." Fuimos a participar a
la Al-mudayna, donde nos recibieron con los brazos abiertos, sorprendidos de
que un autocar fuera desde Tomares hasta Murcia, y demostraran que si Aníbal
pudo cruzar los Alpes, por qué los Pretorianos no iba a ser capaces de cruzar
la Sierra de las Cabras. Participamos en la primera edición de las 24 horas de
La Breña Xtreme, una prueba nacida con carácter solidario. Seguimos siendo un
referente de lo que es el espíritu de los 101: hemos conseguido, gracias a
nosotros, que en esta prueba haya la modalidad de equipos civiles. Hemos
acompañado a Ángel Gámiz, en su primer 101, formando parte así del mejor
reportaje que se ha hecho de la prueba. Hemos esperado a la entrada de Ronda,
junto a la muralla Almocábar, para reagruparnos y entrar juntos, y cuando nos
han visto sentados, esperando se han sorprendido. Nos han dicho: ¿Ahora os vais
a parar?, Y al levantar la vista, han visto nuestra coraza, y nos han dicho.
¡Ah!, ¿que estáis esperando a alguien?. Y lo han dicho sin sorprenderse,
sabiendo que eso es algo normal en nosotros. Un grupo de Pretorianos acudió a
los Alpes. Debemos ir a correr el Maratón de Roma, para que nuestra coraza se
pasee por las calles de la ciudad eterna, y saludar al Coliseo con el puño en
el pecho. Proyecto que tenemos pendiente, pero no olvidado y que se cumplirá
esta primavera….
Todo esto es ya historia reciente, historia que se sigue
escribiendo cada día. Tenemos un compromiso, que debemos seguir cumpliendo, con
nosotros mismos y con los que depositaron en nosotros su confianza; por eso
debemos seguir escribiendo nuestra historia sin tregua, una historia que si
queremos que perdure y que no se pierda como lágrimas en la lluvia, debemos
escribir con... "Fuerza y Honor".
"A veces podemos elegir el camino a seguir. Otras
veces lo eligen por nosotros. Y a veces no tenemos elección"
Y la historia seguirá…. mientras Máximo Severo
quiera seguir contándola y yo, su humilde cronista, poniéndola por escrito,
para que no se pierda como se perdieron tantas otras leyendas que
desaparecieron con el paso de los tiempos….
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Excelente la crónica.
ResponderEliminarMis felicitaciones a Máximo Severo y por supuesto a la cronista.
Un abrazo para todos y felices fiestas.
RAFAEL PANDURO.
enhorabuena por el cronicorum... esto es hacer historia, poner en blanco sobre negro los recuerdos para evitar que se pierdan... como lágrimas en la lluvia... espero siguientes entregas ansioso.
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