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viernes, 20 de diciembre de 2013

CRÓNICAS DE UNA HISTORIA:  EL CLUB   DE ULTRAFONDO PRETORIANOS DE TOMARES

I ¿Cuando nace nuestro Club?
Hace unos meses ingresé en el Club de Ultrafondo Pretorianos de Tomares. Me preguntaba cuándo nació nuestro club y acudí a unos de sus miembros más veteranos, Máximo Severo, el más severo de todos los máximos, el cual me respondió con la pregunta ¿cuándo o por qué nace?, diciendo que ésta es la mejor forma de contestar a una pregunta: haciendo otra. Así cabe la posibilidad de la que la otra persona no te responda y no tengas que contestar. Esto puede ser útil cuando se trata de una pregunta molesta, pero éste no es el caso, pues es bueno recordar lo vivido, ver las cosas con la perspectiva del tiempo transcurrido y reflexionar sobre si aquella decisión fue la correcta o no, al menos desde su punto de vista. Y así me dispongo a escribir lo relatado, la historia de cómo nace nuestro club, cuáles fueron sus orígenes, y como tal vez se convirtió probablemente en un referente para muchos de lo que realmente significa el ultrafondo. Y será su historia. Un último detalle, lo que los Pretorianos han vivido, lo que han compartido, es la esencia del Ultrafondo: el esfuerzo compartido, la victoria conjunta, deja mejor sabor de boca que el triunfo individual; otros no lo ven así, pero esos no hacen ultrafondo, esos hacen maratones largos.


II La que podría haber sido la primera Crónica.
Si por uno de esos avatares del destino nos gustara la tradición, la historia, la mitología romana, o todas esas cosas, hubiéramos recurrido a las sibilas para saber lo que nos deparaba el destino. Si por un casual nos gustaran las pruebas de ultrafondo y hubiéramos nacido para esta locura en tierra santa y en los 101, nos habría gustado que la sibila, rodeada por esas columnas que parecen miliarios en las ruinas de Delfos, nos hubiera dicho que veía en el futuro un Club de Ultrafondo, formado por amigos, que nacería alumbrado por la luz de los 101, y que su origen estaría en un pacto entre dos, con el sagrado juramento de no abandonar a un compañero en el campo de batalla hasta perecer todos. Pero claro, todo esto probablemente no llegaría a cumplirse, todo hubiera sonado tan perfecto que difícilmente hubiéramos llegado a creernos lo que la profetisa viera en el oráculo; pero como somos soñadores, nos hubiéramos dejado llevar por sus palabras y en nuestra mente imaginaríamos como ocurrirían esos hechos.
Imaginaríamos, o mejor soñaríamos, que dos participantes en un lejano 2002 se conocerían la noche antes de los 101, que entre charlas empezarían a conocerse y a coger confianza, incluso por adobarlo todo de detalles insignificantes, que darían más credibilidad a nuestro sueño, nos imaginaríamos a uno de ellos dando buena cuenta de los macarrones que el otro, probablemente nervioso, era incapaz de comerse. Los imaginaríamos acompañados de un tal Rafa el Galeno y de otro tal Javi que había participado el año anterior, pero se vio obligado a abandonar. Y soñaríamos que estos dos nuevos amigos, coinciden a partir del kilómetro 60, que uno de ellos llama a la madre para decirle lo mal que se encuentra; y que intentaría llegar a Montejaque para que lo viera el médico. En nuestro sueño, los veríamos recorrer juntos desde el kilómetro 67 al 77, y recorrerlo en 4 horas, para darle un toque de dureza y dificultad. Y como no, nos los imaginaríamos entrando en el Cuartel de La Legión, haciendo un sagrado juramento de no abandonar, de acompañarse el uno al otro, sin importarles si uno se encontraba mejor y hubiera podido irse para adelante. Llevados por nuestro sueño y nuestro romanticismo, los imaginaríamos sellando un pacto entre hermanos, un juramento que se mantendría hasta nuestros días. Nos hubiéramos imaginado a otros participantes, coincidir sin conocerse subiendo la cuesta del cachondeo, donde uno le habría prestado uno de sus dos bastones a otro participante para que subiera mejor las últimas rampas de esa interminable subida, y de cómo en ese tramo se conocerían personalmente amigos que solo lo eran de foros de carreras y del foro de los 101.
Soñar es gratis, así que saldríamos de nuestra visita a la sibila encantados por sus palabras, imaginando que nada podría salir mejor y deseando en lo más profundo de nuestro corazón que todo lo que había predicho se hiciera realidad. En fin… sueños. Aunque recuerda: “La diferencia entre las ilusiones y los sueños, es que las ilusiones acaban por desvanecerse y los sueños acaban convirtiéndose en realidad”

III  Una de romanos.
Veintiuno de abril, estamos en nuestro mes Aprilis, mes en que la naturaleza comienza de nuevo abrirse; corría el año 2.759 ab urbe condita. No podía existir una prueba que se llamara las LXVII Millas Romanas sin que a ella acudieran "Los Pretorianos de Tomares", así que, por primera vez, hacia la ciudad de los soldados licenciados de Octavio Augusto encaminaron sus pasos. La ciudad fundada por el legado Publio Carisio les abría sus puertas para que, a lo largo de 100 kms, hicieran lo que mejor saben hacer: "Jugar a los romanos".
Después de las fotos de rigor, "Los Pretorianos de Tomares", se preparan para recorrer esa distancia jugando a correr; allí se reúne un nutrido grupo de amigos, que sin pertenecer a un mismo club, sienten una especial afinidad por una serie de valores como son la amistad, el compañerismo y disfrutar compartiendo la dureza que siempre conlleva una prueba de ultrafondo. Estamos en Mérida, Agripa nos recibe y nos saluda desde su estatua ecuestre, desde la altura mira a los que participarán por primera vez en una prueba de ultrafondo como preparatoria para hacer sus "101 kms. contra el cáncer". Por otro lado acuden dignos participantes y merecedores de permanecer, no solo en el recuerdo de este humilde bardo, sino de ser mencionados en lugar destacado de estas crónicas antecesoras de la fundación del club. ¡Puedo ir más rápido... pero no! ¡Corremos para disfrutar! Son algunos de los muchos gritos que esa noche acompañaron a este grupo de locos, por sus andanzas por la inmortal Colonia Iulia Augusta Emerita.
Los primeros miliarios romanos, la piedra que marca los mil pasos, pasa a ocupar un lugar destacado en el álbum de recuerdos Pretorianos, igual que los Pretorianos empiezan a ocupar un lugar destacado en el que será el álbum de recuerdos de la prueba, hasta el punto de que en el futuro no se concebirá una edición de esta prueba sin "Los Pretorianos de Tomares".


IV 
¿Dónde se ha visto a un grupo de romanos sin un estandarte?.
Después de la participación de "Los Pretorianos de Tomares" en el Homenaje a La Legión del 2006, el siguiente reto que se planteaba era participar en "Los Castillos de Ávila", y como no se concibe un grupo de romanos, una legión o como sea que se llamara, ya que a estas alturas de la historia aún no se sabía muy bien que el nombre correcto era una Cohorte, se dio forma al primer estandarte pretoriano. Desde que se supo la fecha en que se celebraría la tercera edición, el número de Pretorianos que dio un paso al frente no dejó de aumentar. "Sabemos que todavía somos minoría los que corremos en sentido contrario a meta para animar a los que van más despacio porque nuestra marca siempre será secundaria…pero hacerlo además con nuestros uniformes romanos nos hace divertirnos y quitarle tensión a carreras de semejante envergadura" (Cayo dixit). Mientras la diosa Fortuna acompaña a los participantes con un fin de semana de sol después de varios días de lluvia por toda Hispania, los Pretorianos continúan su avance... lento, suave, sin miedo. En el castillo de Manqueospese en el kilómetro 27.50, en pleno fragor de la batalla, hubo un momento que se temió por el estandarte. Fue ahí donde un bravo centurión se volvió para salvarlo, ya que como le sucediera al divino Julio, jamás un estandarte sería arrebatado a los Pretorianos en el campo de batalla, y si alguna vez eso sucedió, solo lo fue por medio de la traición y la intriga, al igual que le sucediera a César gracias a las tretas de Cneo Pompeyo Craso. El Centurión sabía que en el kilómetro 42, en el río Adaja, tal vez cerca de la desaparecida Akontia, le estarían esperando para ayudarle a cruzar el kilómetro 50. Pero lo mejor estaba por llegar. Cuando el control de carrera estaba cerrado, sin avituallamientos y sin apoyo logístico… cuatro de los nuestros deciden alcanzar la línea de meta motivados por la ilusión de cruzar ese puente romano…y allí están los otros 16 Pretorianos y acompañantes escoltando su entrada en meta entre vítores y gritos de victoria.
¡Ay, aquel ya lejano 2007!
El año 2007 aún no está tan lejano en el tiempo, y sin embargo cuántas cosas han ocurrido desde entonces. Ese fue el año en que se estrenó la coraza. Es curioso, pero el nacimiento de la coraza tuvo también un toque singular. Según la memoria histórica pretoriana, cuentan, aunque igual se trata de una leyenda, que alguien llamó un día a Cayo Crastino y le comentó que había estado dándole vueltas a la cabeza y que había estado pensando sobre la posibilidad de sustituir la coraza de plástico que se llevaba en algunas ocasiones por una camiseta en la que apareciera serigrafiada una coraza. Cayo le comentó que él también había estado pensando en ese tema. Dicho y hecho, el sábado 11 de mayo, 17 pretorianos salimos a la arena del Coliseum de Arunda estrenando “corazas”, con la intención de aplicar el “credo pretoriano” y poder disfrutar de una carrera que nos ha unido en sentimiento y alma.
Creo que en la crónica hay un error y éramos catorce; tres formaban el equipo de apoyo, pero lo mismo da, todos cuentan. De los catorce, solo abandonaron dos. Y recibimos el siguiente comentario de un afamado galeno de la comarca: “Vuestra filosofía de lo que debe ser el deporte es el ejemplo para los jóvenes y los que no lo son tanto, para entender que el afán de superación no sólo consiste en "cititus, altius, fortius", sino que está en el interior, en la satisfacción de ayudar a los demás en los malos momentos, de saber que puedes contar con el aliento y el apoyo de otros que también saben lo que es sufrir.
Pero, si encima son personas que no están en la competición como tal, sino que dejan pasar una buena ocasión para estar relajados y tranquilos en casa, se dedican a estar pendientes de los demás en todo lo que les hace falta (llevando material, alimentos, incluso simplemente para preguntar como os encontráis y animaros), toda esta "filosofía de vida" se eleva a la máxima potencia y nos enseña que el deporte y la vida (que es una gran competición) puede ser maravillosa si se conoce lo que significa COMPAÑERISMO.
Esa edición de los 101 fue impresionante. Cayo, en su crónica de aquel 101 dijo: "No aparecerá, en esta ocasión, nombre alguno porque serían tantos como anécdotas se vivieron, pero si quedará escrito que al cruzar la línea de meta alguien sintió una mano en el hombro y al darse la vuelta, un corredor le dijo: No me conoces pero quiero decirte que Los Pretorianos de Tomares empiezan a ser una leyenda”
Para algunos, esa experiencia resultó magnifica, y si bien habíamos participado con la coraza, pensamos que debíamos pertenecer al club al que pertenecían aquellos que se hacían llamar “Pretorianos de Tomares”. Es de bien nacidos ser agradecidos, y pensamos que era la forma correcta de hacer las cosas y de corresponder al recibimiento que habíamos tenido, de corresponder a que hubieran contado con nosotros para compartir su filosofía y por confiar en nosotros y pensar que creíamos en lo que ya empezaba a llamarse el Credo Pretoriano.
Esto desembocó en una reunión en la que nos dimos cuenta de que no a todo el mundo le gustaba eso de que miembros de su club corrieran con un casco de plástico, de que portaran una espada de plástico, de que lucieran un estandarte con un escorpión, sino que llegaba a molestarles. La conclusión es que eso que nos parecía genial, no a todo el mundo agradaba porque ya se sabe…

VI  Bellum Hispaliensis. Una enorme decepción: Nadie ha dicho que ser Pretoriano fuera fácil.
Cuando volvimos de la madre de todas las batallas, algunos nos planteamos el pertenecer al club donde estaban integrados, o tal vez habría que decir no integrados, “los Pretorianos de Tomares”, así que se organizó una reunión del club, donde se debatirían varios puntos, entre ellos poner el club al día -ya que si no recuerdo mal el tema de la junta, reuniones, etc. no estaba muy al día-, la admisión de nuevos socios y decidir el tema de las equipaciones, pues se iban a comprar equipaciones nuevas.
A lo largo de la reunión se fueron tratando diferentes temas, como quiénes formaban la junta directiva, pasos a seguir para ser socio del club, cuotas a pagar, etc, etc. Hasta ahí, todo fue más o menos bien, pero… Siempre hay un pero, llegamos al tema de “los Pretorianos de Tomares”, esos descerebrados que corren con un casco y una espada de plástico. Por Dios, ¿Dónde se ha visto a nadie en una carrera con una coraza, un casco o una espada de plástico? A las carreras se va a correr. Se entró en una especie de diálogo de besugos. Evidentemente dejar que las espadas dieran paso a las togas no estaba teniendo muy buenos resultados. No sé si la reunión siguió mucho rato o no, pero lo que está claro es que de allí no se sacó nada positivo. Tanto es así que a partir de ahí creo que tomamos la decisión más acertada: constituir nuestro club, para poder correr vestidos de romano o de lagarterana si nos apetecía, o en pelotas si era una carrera nudista, aunque aquí lo suyo sería no llevar ni coraza ni nada, claro. Allí nos dimos cuenta, quizás por primera vez, de que nadie había dicho que ser Pretoriano fuera fácil.

VII  Bellum Hispaliensis II - El desenlace o como caer solo nos obliga a levantarnos.
Después de aquella reunión, pocas cosas se podían hacer más que admitir que estaba muy feo correr con un casco de romano. Así que pensamos irnos a Sevilla, donde se hacían los actos públicos en los que se quemaban a los herejes, allí mortificarnos, quemar todas las espadas, los cascos, las corazas de plástico, los estandartes, y de paso darnos unos cuantos latigazos, que eso de mortificar el cuerpo siempre ayuda para conseguir el perdón de los pecados.
A punto estábamos de comprar la leña, de hacernos unos capirotes negros y de hacer unas figuritas de cera para quemarlas públicamente en representación de aquellos que no se hubieran arrepentido, no hubieran visto la luz y aún no caminaran por el camino correcto. A punto estábamos cuando...
Cuenta la historia que a poco de comenzar el año 2760 ab urbe condita; el honor, la palabra dada, y el cumplir una promesa, habían dejado de ser moneda de pago común entre los amigos. Cuentan que la amistad había de dejado de ser algo común y que empezaba a ser algo difícil de encontrar. Cuentan que la falta de sinceridad, cuentan que el valorar a las personas o el opinar de ellas sin conocerlas era común de todos los pueblos, no obstante.... Cuentan que cerca de Hispalis, bañada por el río Betis y próxima a la ciudad de Itálica, se empezaba a oír la voz del más famoso ejercito jamás conocido, aquel que tenía el honor, el esfuerzo y la amistad como moneda de pago común entre ellos.
Yo que también he cultivado la frágil rosa blanca de la amistad, lo recuerdo. Recuerdo como empezó todo aquello. Fueron años difíciles, el maligno había conseguido difundir su palabra y había calado en el corazón de algunos, en el corazón de los que se encontraban confundidos; no obstante, este ejercito valeroso entre los valerosos, fiel a su palabra, continuó acudiendo a donde era reclamado para luchar contra cualquier adversidad que se pusiera en su camino, pero sobre todo para demostrar que la envidia no habitaba en sus corazones, que el Honor era lo más importante para ellos y que harían ondear sus estandartes Pretorianos en cualquier lugar al que acudieran. Por ello, cuentan que cuando más todos lo necesitábamos, mi querido Cayo Crastino, el preferido de César, gritó "a mí La Legión", y como un solo hombre acudimos todos. No éramos muchos, no éramos los mejores, éramos… sencillamente diferentes. Hace ya mucho tiempo de aquello, pero aún permanece en mi memoria como algo que me acompañará siempre.

VIII  Y llegó el mes en honor del divino Julio.
Así que nos pusimos manos a la obra. Se nombró una Junta Directiva Provisional. Se empezó a trabajar en la confección de los estatutos y, una vez elaborado el borrador, la Junta Provisional se reunió en Mormolium para darles lectura y realizar las modificaciones oportunas. Se debatió sobre el nombre del club y se decidió que, como en los nombres de los clubes se suele incluir la palabra atletismo, el nuestro llevaría en el nombre la palabra Ultrafondo. Evidentemente se llamaría Pretorianos. Y se decidió que el club se siguiera llamando de Tomares, como muestra de respeto al lugar donde había nacido y al apoyo que su Ayuntamiento había dado con el club. Así nació el CLUB DE ULTRAFONDO PRETORIANOS DE TOMARES.
Una vez realizadas las modificaciones, quedaba una cosa importante, poner fecha a este alumbramiento. Para no dejar nada al azar, se pensó que hubiera estado bien hacer coincidir el nacimiento del club con los 101 de ese año, pero dado que había transcurrido mucho tiempo entre una cosa y otra, se desestimó la idea para evitar problemas cuando se presentará la documentación en la Calle Trajano, cerca de las columnas de Hércules Fundator, que estaréis de acuerdo en que no es mal sitio para presentar la documentación de un club con nuestro nombre.
Ya que corría el mes en honor del divino Julio, se barajó la posibilidad de fecharlo el día 7, pero habríamos tenido que cambiar el casco por una txapela, y el gran Cayo, el preferido de César, habría pasado a ser Lehendakari en lugar de Presidente, así que desestimamos la idea. Ese día también coincidía con la muerte de Rómulo, y aunque ese día se permitían todo tipo de licencias, buscamos otra fecha. El 8 de julio, día de los juegos de Nemea, en honor de Heracles, en recuerdo de su victoria sobre el león de Nemea. O el 9 de julio, en honor de Pytheas, de los primeros en cruzar el estrecho de Gibraltar y del que se tiene el primer testimonio escrito en el que se llama a la península ibérica "Hispania". O el 12 de julio: Día de Cronos. En esta fecha se celebra la antigua Edad de Oro regida por Cronos, y se exalta la primitiva igualdad entre las clases y entre los sexos en una gran fiesta que recuerda a las Saturnales. Eso de que sea el día de Cronos, suena bien, y lo de la igualdad entre clases y sexos, ya me dirán ustedes. De aquí ya pasamos a los Idus de Iulius, que tan malos recuerdos traerían al que dio nombre al mes, allá por el mes de marzo. La coincidencia de este día con la festividad de Santa Justa y Rufina patronas de Sevilla, alfareras de Triana; y nuestro cariño por los ladrillos de la noble Arunda, “Fidelis et Fortis”, hizo que ya tuviéramos fecha de Constitución. Con esa fecha doce de julio de dos mil siete se rubricaron el Acta Fundacional, los Estatutos y el Acta de Aprobación.

IX  Tempus fugit: Crónica de nuestro primer año Pretoriano.
Poco a poco se nos va marchando el año (él también va dando poco a poco un paso detrás de otro hasta alcanzar su meta, dejarnos al menos algo más viejos). El tiempo vuela, y parece que fue ayer cuando Cayo comenzó su crónica de las LXVII millas romanas de Mérida, diciendo aquello de… “Los Pretorianos de Tomares no son ningún Club ni pretenden serlo, son un grupo de amigos que sencillamente disfrutan corriendo con una actitud que intenta fomentar el espíritu de equipo, que se divierten y que encuentran en las carreras de ultrafondo el escenario ideal para fomentar los valores de solidaridad y compañerismo…por ello si de algo pueden presumir es de haberse ganado el respeto y cariño del colectivo atlético que participa en carreras de ultrafondo…llevar un casco de romano es una simple anécdota que sólo suele llevar una minoría de ellos porque encuentran de ese modo una motivación especial que les hace sentirse mejor, pero lo más importante es la ACTITUD que intentan difundir…por eso deseaba expresar el ORGULLO DE SENTIRSE PRETORIANO DE TOMARES…”
No obstante, un año da para mucho y, en este que ahora se cierra, hemos dado el gran paso de constituirnos como Club, hemos demostrado a muchos que nuestra intención no es ser (ni parecer) los mejores, sino ser diferentes; y multitud de proyectos, algunos ya realizados y otros bajo nuestra coraza, aguardan a que podamos sacarlos adelante.
Los 101 Kms en 24 horas de Ronda – La Legión contra la droga. Los 100 Kms en 24 de Corricolari. La Subida al Veleta, la larga, la corta, la de apoyo. El Maratón Alpino de la Almudayna... y es que se podrá correr más rápido pero no se puede tener más arte. El dorsal solidario en ¡¡ A mi, La Sufrida !!. Los voluntarios. La Coraza, la camiseta de entrenamiento, el Credo Pretoriano, el blog, el foro, los proyectos solidarios: El Sahara Maratón.
La amistad, el compañerismo, la solidaridad, la vida, esa carrera que tenemos que ir ganando día a día y para la que hay que saber elegir muy bien los compañeros de viaje, para poder seguir luchando … lento, suave, sin miedo.

X  Y los Pretorianos viajaron sin Máximo a la tierra natal de Máximo
Allá por febrero 2008, los Pretorianos de Tomares, participan en el Sahara Maratón. En aquella época después de consultar a la sibila como ya he dicho anteriormente, decidí tomarme un tiempo libre, en el que algunos pensaron que había ido a visitar a Hades con la intención de que que me enseñase a remar en su barca para cruzar la laguna Estigia. Nuestro estandarte recorrió victorioso las tierras de Numidia, los Pretorianos se acostumbraron a hacer de pie lo que antes hacían sentados, aprendieron a reconocer los diferentes vientos del desierto, y conocieron el rito del té: “El primero amargo como la vida, el segundo dulce como el amor y el tercero suave como la muerte.”

 XI  La compra del segundo estandarte.
Mientras que César consigue que Vergincetórix, rey de los galos, se rinda, la metrópoli romana pasa por momentos muy delicados en lo que a política se refiere. El Senado presiona a Cneo Pompeyo Magno, procónsul junto a César y yerno de éste, para que retire el poder al conquistador, por miedo al terrible poder social y bélico que está concentrando. La historia comienza a perfilarse como una lucha por el mando del futuro Imperio Romano. Mientras tanto, Atia, sobrina de César, es la reina de la alta sociedad romana y juega a permanecer en ambos bandos. Para ello, cuando su prima Julia muere, obliga a su hija a divorciarse de su esposo Gabbius para ofrecérsela como nueva esposa a Pompeyo. Por otro lado, envía a su hijo Octavio a Las Galias con un caballo como regalo para su tío, el conquistador. En la nueva provincia, alguien ha robado el águila de oro que sirve de estandarte a Julio César; un mal augurio que hace que pone a sus tropas al borde del motín. Los encargados de buscarlo serán Lucio Voreno y Tito Pullo, dos héroes de la XIII Legión, quienes además de recuperar el estandarte, salvan la vida a Octavio, que había sido capturado por los mismos bárbaros que robaron el águila. La división entre César y Pompeyo está servida cuando el primero descubre que el otro cónsul está detrás del robo del estandarte, y éste repudia a Octavia, contrayendo matrimonio con otra patricia. Pompeyo, no llegó a recibir el estandarte robado, en su lugar recibió la cabeza de los ladrones. Nuestro estandarte seguía aún en manos de quien no debió tenerlo nunca. Ante esta situación, se decidió comprar un nuevo Estandarte, aunque no pensábamos que tuviéramos tiempo suficiente para que estuviera aquí en las LXVII Millas Romanas de Mérida. Nos pusimos manos a la obra, y este es el relato cronológico de su llegada. El nuevo estandarte se compró el dia 24 de marzo en Peabody (Massachusets). Salió de Lynnfield (Massachusetts) el dia 24 a las 8 y 22 de la noche. (no confundir con Lynfield que está en Nueva Zelanda). A las 9 y cuarto de la noche llegó a Manchester, New Hampshire de donde salió a las 10, 43 de la noche. A las 11 y 53 de la noche del día 24 llego a Philadelphia, de donde salió a las 10 y 32 de la mañana del día 25. A las 10 y 26 minutos de la noche del martes 25 de marzo, el estandarte pretoriano fue recepcionado en la ciudad de Colonia (Alemania). A las 3 y 58 minutos fue escaneado en Colonia para su salida. A las 5 y 7 minutos fueron procesados los datos del paquete en la aduana de Madrid. Notificación desde Colonia a las 5 y 17 minutos: avión Retrasado. A las 6 y dos minutos del día 27 fue escaneado a su llegada a Madrid. Y a las 7 y 19 fue procesado por el departamento de Importación.
A las 6 45 de la mañana del día 27 de marzo aparece que está en TRÁNSITO en SEVILLA. A las 11, 05 ha sido entregado en Bormujos. ¡¡¡ YA TENEMOS ESTANDARTE !!! Con los ojos empañados por la emoción, solo comparable a la que sentí cuando recibí el primer estandarte, he procedido a abrirlo, ¿será el pretoriano? ¿se habrá equivocado y me habrán enviado el de alguna Legión? Con todo el cariño lo he abierto y ahí está: inmaculado, recién hecho, magnifico, el escorpión con su mirada insolente dispuesto a demostrar que está por encima de las injusticias humanas. En TRES DIAS hemos conseguido un nuevo estandarte. El dulce néctar de la Venganza estaba preparado para servirse bien frío. 

XII  Un trozo de tela.

 La tarde discurría en Peabody, en el Condado de Essex, Massachussets, como cualquier otra tarde y nada parecía presagiar que pronto cambiaría el monótono transcurrir de las horas. Aquel humilde trozo de tela, aún no sabía lo que le esperaba. Colocado en su rincón, se sentía un poco solo. El resto de las telas, todas ellas de color rojo, no acostumbraban a hablarle, porque él era distinto, él era azul. Llevaba algún tiempo en aquel taller, y no entendía por qué él era el único diferente, siempre veía que una persona acostumbraba a acercarse a donde ellos estaban perfectamente colocados junto a tablillas, flecos, puntillas, algunas herramientas y unas extrañas planchas con unos símbolos aún más extraños y cogía algún rollo de tela roja, se la llevaba a otra parte de aquella casa y desaparecía. Todos aquellos trozos de tela roja nunca habían vuelto a aparecer por el taller. Veía como poco a poco los rollos de tela rojos iban siendo cada vez más pequeños, llegando incluso a desaparecer, para luego aparecer otros rollos nuevos, eso si, siempre rojos, que eran colocados con mucho cuidado junto a los demás.
Nuestro trozo de tela, pasaba la tarde pensando que hoy no sucedería nada especial, pero hoy se equivocaba, hoy sería un día diferente, hoy sería su gran día. Un poco aburrido vio acercarse de nuevo al dueño del taller, y cuando ya pensaba que cogería como siempre alguno de los rollos rojos, vio como lo cogía a él. Una invisible sonrisa se le dibujó en la cara, aunque al momento sintió una extraña sensación. La angustia de lo desconocido empezaba a apoderarse de él. Hasta ese momento no se había dado cuenta de que fuera lo que fuera lo que le pasaba a esas telas que desaparecían, hoy le iba a tocar a él. Al momento vio como el dueño del taller lo medía con esmero. Y como cogía una cuchilla enorme, imaginó lo peor, pensó que su vida acabaría en aquel instante, cerró los ojos y sintió como la cuchilla lo separaba del rollo de tela. Con sorpresa se dio cuenta de que no había sufrido ningún dolor y notó que el resto de tela azul que aun quedaba en el rollo parecía despedirse de él para siempre. ¡No ha sido tan malo como yo pensaba!, dijo para sí, pero al momento vio como una de aquellas enormes planchas con unas palabras extrañas y un signo aún más extraño se acercaba hacía él. Así estuvo un buen rato, sin llegar a comprender que estaba sucediendo.
Después de unos ligeros golpes notó como unos palitos eran colocados en sus extremos. Cuando aquello parecía haber terminado, el artesano lo miró satisfecho y sintió como lo enrollaba y lo introducía en un tubo de plástico, como lo cerraba y precintaba. Tuvo miedo. Allí dentro permaneció durante bastante tiempo, advirtió como el tubo cambiaba de mano y era introducido dentro de algún artefacto y como se iba alejando del taller. Sin saberlo llegó a Manchester y de allí a Philadelphia. Allí sintió como salía de aquel artefacto y era introducido en otro aún mayor. De pronto, le sobrevino una sensación extraña como si se estuviera alejando del suelo, pero no fue capaz de explicarla; y de nuevo otra parada y unas voces en un idioma desconocido: “Guten nagen”, “Achtung, Schnell”, “Verlandung”. Él no lo sabía pero había llegado a Colonia. De nuevo silencio, de nuevo esa sensación como si volara, y de nuevo otra parada y otro idioma desconocido. Había llegado a Madrid. De inmediato, otro viaje, esta vez más corto. Nuestro trozo de tela no lo sabía pero había llegado a Sevilla. Cuando ya pensaba que este ir y venir nunca iba a terminar, una nueva parada, una corta charla y sintió como el cilindro donde él se encontraba aprisionado cambiaba de mano. Notó como alguien con mucho cuidado rompía el precinto y quitaba la tapa. Después de dos días y medio encerrado le costó un poco acostumbrarse a la luz, se dio cuenta de que estaba en un lugar diferente, de que estaba en una tierra donde el cielo era más azul y la luz tenía más alegría. Cuando sus ojos se acostumbraron de nuevo a la luz, vio como la misma persona que lo había sacado del tubo lo miraba satisfecho, vio como sonreía y el trozo de tela tuvo una sensación extraña.
Al momento se dio cuenta que la persona que lo miraba hablaba un nuevo idioma, pero también comprobó que era capaz de comprender lo que decía. Oyó una conversación, su libertador hablaba con alguien que debía encontrarse muy lejos, pues no era capaz de oír a la otra persona con la que hablaba.
Luego la conversación terminó, y noto como su libertador, volvía a guardarlo en el tubo, pero ahora no sintió miedo. Por primera vez, se dijo que él estaba allí para quedarse, y orgulloso se dio cuenta de que ya no era un simple trozo de tela azul, él ahora era… el estandarte Pretoriano.

XIII  Capitulo Final: La Historia reciente.
Grandes gestas han sucedido desde entonces, y nuestro club se ha ido afianzando cada vez más con el paso de los años. Los lazos entre nosotros se han ido haciendo cada vez más importantes, hemos ido aprendiendo de nuestros errores y hemos intentado mejorar. Nunca hemos pretendido ser un club grande, mejor ser un gran club; no queremos ser muchos socios y que eso nos haga perder el horizonte, que eso nos convierta en lugar de en un grupo de amigos, en unos desconocidos. Hemos aprendido que hay quien puede acercarse al club confundido por las luces que destacan a lo lejos. Quien así lo hiciera se equivocaría, quien se acerque para aparecer en la foto junto al resto de compañeros del club, junto al estandarte, o con nuestra coraza se equivoca. A nadie se invita al club; para entrar hay que pedirlo dos veces y, aún así, deberá demostrar estar en sintonía con él. De qué sirve portar la coraza, si no se siente o no se sabe lo que significa. A nadie se le regala la coraza, la coraza hay que ganársela, y lo que es más importante, hay que saber conservarla y seguir ganándosela cada día. Grandes gestas han sucedido: los 100 kms del Sahara, Jarapalos, donde nació la ya famosa frase: "Si equipum facis, numquam solus eris." Fuimos a participar a la Al-mudayna, donde nos recibieron con los brazos abiertos, sorprendidos de que un autocar fuera desde Tomares hasta Murcia, y demostraran que si Aníbal pudo cruzar los Alpes, por qué los Pretorianos no iba a ser capaces de cruzar la Sierra de las Cabras. Participamos en la primera edición de las 24 horas de La Breña Xtreme, una prueba nacida con carácter solidario. Seguimos siendo un referente de lo que es el espíritu de los 101: hemos conseguido, gracias a nosotros, que en esta prueba haya la modalidad de equipos civiles. Hemos acompañado a Ángel Gámiz, en su primer 101, formando parte así del mejor reportaje que se ha hecho de la prueba. Hemos esperado a la entrada de Ronda, junto a la muralla Almocábar, para reagruparnos y entrar juntos, y cuando nos han visto sentados, esperando se han sorprendido. Nos han dicho: ¿Ahora os vais a parar?, Y al levantar la vista, han visto nuestra coraza, y nos han dicho. ¡Ah!, ¿que estáis esperando a alguien?. Y lo han dicho sin sorprenderse, sabiendo que eso es algo normal en nosotros. Un grupo de Pretorianos acudió a los Alpes. Debemos ir a correr el Maratón de Roma, para que nuestra coraza se pasee por las calles de la ciudad eterna, y saludar al Coliseo con el puño en el pecho. Proyecto que tenemos pendiente, pero no olvidado y que se cumplirá esta primavera….
Todo esto es ya historia reciente, historia que se sigue escribiendo cada día. Tenemos un compromiso, que debemos seguir cumpliendo, con nosotros mismos y con los que depositaron en nosotros su confianza; por eso debemos seguir escribiendo nuestra historia sin tregua, una historia que si queremos que perdure y que no se pierda como lágrimas en la lluvia, debemos escribir con... "Fuerza y Honor".
"A veces podemos elegir el camino a seguir. Otras veces lo eligen por nosotros. Y a veces no tenemos elección"  

Y la historia seguirá…. mientras Máximo Severo quiera seguir contándola y yo, su humilde cronista, poniéndola por escrito, para que no se pierda como se perdieron tantas otras leyendas que desaparecieron con el paso de los tiempos….

2 comentarios:

  1. Excelente la crónica.
    Mis felicitaciones a Máximo Severo y por supuesto a la cronista.
    Un abrazo para todos y felices fiestas.

    RAFAEL PANDURO.

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  2. enhorabuena por el cronicorum... esto es hacer historia, poner en blanco sobre negro los recuerdos para evitar que se pierdan... como lágrimas en la lluvia... espero siguientes entregas ansioso.

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