Desde
que tengo uso de razón he oído hablar de esta media como una de las mejores
organizadas, con más cariño y dedicación por su organizador, ese crack de Paco
Modesto, Hello-Kitty.
Así
que tenía claro que en cuanto me viese preparada la haría y tomaría parte en
ella. Mi único hándicap era que tiene lugar en septiembre, mes prohibido para
mí en temas deportivos porque estoy centrada (¿) en los horarios del instituto…..
Pero por un azar del destino, y una
peaso de jefa que tengo que es un hacha haciendo horarios y exprimiendo el
programa y el ordenador, me encuentro
con la sorpresa que puedo participar.
Siguiente
dificultad: ¿quedarán dorsales? Curiosamente sí, quedaban dorsales y en menos
que canta un gallo ya estoy inscrita. Genial!!! Y además voy a coincidir con mi
hermano!!! Eso me hacía más ilusión que todo lo demás.
Siguiente
dificultad: estoy en plena lucha con una macrocitosis y unas pérdidas de hierro
súbitas que me dejan como coche sin gasolina…. ¿cómo me la planteo? Y ahí
aparece una criatura que de verdad es para ponerle un monumento. Charleta
whatsapera con Chari Casín y me dice que sin problema, que al lío, que ella
estará allí por si me vengo abajo y no puedo más avisar para que me recojan.
Entonces
mi 50% hace de las suyas y me dice que no me preocupe del alojamiento que él se
encarga. ¿Qué habrá pensado? me dijo yo para mis adentros.
Con
todos estos preparativos, hago el petate y vamos que nos vamos para Zafra,
lugar donde iba a pasar la noche previa. Y descubro que el alojamiento sorpresa
es una maravillosa casa romana, alucinante, sobre la que se había construido
una casona ahora dedicada a hotel. Una pasada!! Una pretoriana durmiendo en una
casa romana. ¿Qué más se podía pedir?
De
Zafra qué decir? Una gran ciudad con un centro monumental muy agradable de
pasear. Me pateo todo el centro (entrenamiento activo que diría El Lobo) y
degusto productos típicos. Siempre cuidando que sean alimentos que ayuden a
fijar el hierro.
A
la mañana siguiente recogida de dorsal y subidón subidón: toda la familia
jartible allí, encantadores y cariñosos como siempre, mis hermanos pretorianos
acudiendo a la llamada, los niños del barrio, una pasada de equipo-familia, las
niñas de las colinas, ese grupito de chicas que nos hemos juntado gracias a las
colinas de tartessos y a Chari Casín que nos reúne a todas, ese peaso de
marido-corredor lesionado- fotógrafo que es Nando, y muchas caras conocidas de vernos por estas
locuras del campo.
Y
empezamos la carrera. Cometí el fallo de no preguntar cómo iban a ser los
avituallamientos y supuse que habría algo de comer. Pues no!!! Sólo líquido,
que está muy bien para las liebres y galgos que corren en plan minimalismo,
pero que a mí, que soy trotona, pretotortuguita, no me va tan bien y claro, en
el kilómetro 15 vino la bajada. El hierro se fue al terminar de subir el
Valdigüelo y a partir de ahí, aunque tenía claro que ya iba descontando y que
cada vez la meta estaba más cerca, los kilómetros parecían ser más largos que
los primeros.
Entonces
apareció la jefa, Chari Casín. Bajó su ritmo, se puso al mío, y a charlar. Y
cómo habla la tía!!! Tiene conversación pá tó. Y así, oyéndole, fui
andando-corriendo hacia la meta…. Encima la caló apretó pero ya no había vuelta
atrás. O terminaba o terminaba. Además…. un pretoriano nunca se quejará…..
En
el último avituallamiento me encuentro con SherFran, ese niño que hizo el camino
del Rocío una noche de luna llena de verano conmigo y mi tropa de locos por la
luna llena y el camino del Rocío. En cuanto me vio se lamentó de no haberme
visto porque había traído uno de sus maravillosos bocadillos de jamón con los
que nos sorprendió en la segunda vuelta de las Millas Emeritenses de este año. Pero
bueno… ya sólo quedaba una cuestecita y llegar a meta.
Sobreviví,
no sé cómo, bueno sí lo sé, con la charla de Chari, y llegué a meta.
En
cuanto pasé el arco de meta me eché a un lado porque no tenía claro si iba a
dejar el estómago vacío o lo poco que tenía dentro se iba a quedar allí. cosa que
asustó bastante a mi 50%, que el pobre no gana para sustos.
Luego
llegó el momento entrega de trofeos. Genial, simplemente genial, e irrepetible.
Qué despliegue de trofeos, detalles y momentos simpáticos y divertidos.
Con
la entrega de trofeos recogí el campamento y de vuelta para casa, que yo no
andaba todavía muy bien del todo y había que recuperarse.
Tengo
que dar las gracias a Paco Modesto por organizarla, a mi hermano Jose Luis por
insistir en que participara y no me la perdiera, a mi 50% por estar ahí a pesar
de que ahora no corre y apoyarme en todas las locuras mías, aunque intenta
meterme algo de sensatez en la cabeza y no deja de intentarlo, a Nando por
cuidar tan bien de Chari, a las niñas de las colinas por ayudarme en los
entrenos y a Chari Casín, por ser, por estar y por no cambiar. GRACIAS!!!!!
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