...

...

lunes, 8 de julio de 2013

YA SOY PRETORIANA!!!!!

Pues ahí estaba yo con el subidón de la maratón conseguida y que al día siguiente, dando clases, subiendo y bajando escaleras con total normalidad, no se me notaba, aparentemente, el esfuerzo del domingo. Y además sin molestias en los pies, que no era poco. Eso tenían que ser las plantillas de Sandra, la podóloga, que hace magia en los pies.
Después de unos días de descanso, media semana vamos, pero con paseitos de por medio, el sábado me planto en el entreno de todas las semanas. Todo el mundo estaba encantado con la maratón y recibí un montón de felicitaciones y empecé a recibir sugerencias de "escribir la carta".
Yo no quería hacer las cosas con prisas, que son malas consejeras, y sabía que mi ingreso en el club de los Pretorianos tendría que ser cuando fuese, pero no quería apresurarlo porque también se disfruta del proceso. A veces más que del hecho mismo (ejem, Mayoral no pienses mal, que rima).
Así que yo estaba centradita en mis Millas de Mérida y en Ronda, que venía después. Y así seguía entrenando y entrenando y el personal hablándome de la carta. Total, que me senté y escribí mi carta. Pero le dije al presi que yo andaba liada con la carta que cuando él estimase oportuno yo la hacía pública. Y seguía entrenando y haciendo listas de lo que había que poner en las mochilas para Mérida, y leía crónicas de los que ya habían pasado por Mérida y las tres cifras se me aparecían en sueños constantemente (es que 101 kilómetros imponen tela!!!).
Por fín, en una de esas tertulias tan estupendas que se montan después de un entreno me sugieren firmemente que presente la carta y así lo hice.
Pasaron unos interminables días hasta que recibí la llamada del presi. Todo el que ha pasado por esto sabe de lo que hablo. Me temblaban las piernas. Me tuve que sentar y casi no entendí aquello de "Estrella, ya eres Pretoriana". Estaba muy emocionada. 
Así que rápidamente mi carta para mis madrinas. La entrada en el foro del club anunciando mi entrada. Los mensajes de respuesta dándome la enhorabuena, las llamadas al móvil y una vorágine de acontecimientos que salí a correr para tranquilizarme.
Luego quedaba la entrega de la equipación, que estos Pretorianos siempre hacen las cosas de una manera que consiguen emocionarte y sorprenderte. 
Se organizó una quedada en la sede del club para hablar de Mérida, los expertos, y que los neófitos pillaran ideas interesantes y no repitieran errores ya cometidos. Y para allá que nos fuimos todos a absorber todo lo absorbible porque Mérida estaba ya a la vuelta de la esquina y mis dudas y temores me daban vueltas como pájaritos alrededor de la comida. 
Y lista de ropa para mochilas por allí, y rutómetros por allá, y que si barritas y geles o no, o bocatas de chorizo tipo don Paco.... Y así andaba la tertulia cuando el presi se levanta e inicia un discurso hablando de las costumbres del club, de las admisiones, y de los actos protocolarios de entrega de equipación y/o de coraza. Y entre una cosa y otra, mi cerebro que andaba concentrado en Mérida oye que están hablando de mí y de mi evolución.

Se recuerda cuando yo sólo recibía críticas negativas porque nunca podría hacer nada serio en esto de las "carreritas", cuando la lucha contra el crono era un muro imposible de franquear, cuando me lesioné ambas rodillas y paseaba con mis muletas apartada del deporte, cuando me rompí y me hundí y busqué ayuda para salir del agujerito en el que me había metido y empecé con las tiradas largas. Y me planté en 7 playas llevada de la mano por Sandra y luego en la Turdetania donde empecé a sentirme acogida..... y que ahora me había planteado Mérida y después venía Ronda al mes siguiente....
Y me nombraron y ya no me acuerdo de más. 




Sé que me dieron la equipación porque ví las fotos, y que Javi empezó a enseñarme el catálogo de la equipación y me hablaba de ropa, bolsas, calcetines .... pero yo no me enteraba de nada. Y así se lo dije "Javi, porfa, mándame todo por correo que hoy no me estoy enterando ná de ná". Y abrazos y risas. Y mi Carmen Po Diooo más emocioná que yo, que ya era difícil. Y mi hija que se apunta a un bombardeo echando fotos alucinando en colores.



Al final, no sé cómo, conseguir mover las piernas de vuelta a casa para intentar seguir con la rutina pero creo que lo que quería era dormir con la camiseta pretoriana a modo de pijama, y ponérmela para el instituto al día siguiente!!!! Ansiaba que llegase una carrera para estrenarla.
Y me sentí muy feliz, como hacía mucho tiempo no lo era. Muy feliz y satisfecha porque me encontraba donde tenía que estar. Y además tenía la mejor compañía posible ;)




No hay comentarios:

Publicar un comentario